Felicitas, o las niñas mudas
Geraldine Farhat le da vida y voz a quien fuera emblema de las víctimas de la violencia machista.
Felicitas Guerrero nació el 26 de febrero de 1846 en Buenos Aires. Condenada por el machismo y sistema patriarcal de la época, a sus dieciocho años se casó en contra de sus deseos con Martín Gregorio de Alzaga, un burgués treinta años mayor que ella. Su matrimonio duró apenas seis años, ya que Alzaga murió en 1870. Habían tenido dos hijos, Félix Francisco y Martín. Félix falleció a los tres años a causa de la fiebre amarilla y Martín murió al día siguiente de su nacimiento (curiosamente un día antes de la muerte de su padre).
Felicitas Guerrero se convirtió entonces en la viuda más codiciada de la sociedad elitista porteña. Con tan solo veinticuatro años, “la mujer más hermosa de la República”, tal como la describió el famoso poeta Guido Spano, heredó una importante fortuna y miles de hectáreas de campo. Y pretendientes no le faltaron.
Uno de los más interesados fue Enrique Ocampo (quien sería el tío abuelo de las hermanas Victoria y Silvina Ocampo). Ocampo tenía una gran devoción por Felicitas, y había grandes expectativas por un compromiso. Sin embargo, el destino unió a la joven Guerrero a otro hombre del cual se enamoraría: Samuel Sáenz Valiente.
El 29 de enero de 1872 la pareja se preparaba para anunciar su compromiso. La fiesta se iba a hacer en la casa de descanso que los Guerrero poseían en Barracas. Sin embargo, una visita inesperada truncó el deseo de los novios.
Ocampo, despechado y enojado ante el rechazo de Felicitas, se presentó en la residencia para exigir la mano de la joven. Ante su negativa, y luego de un forcejeo, disparó su revólver, hiriendo mortalmente a la muchacha. Felicitas agonizó unas horas y falleció en la madrugada del día siguiente.
En Felicitas, o las niñas mudas, Geraldine Farhat vuelve a darle vida y voz a Felicitas. Desde un limbo, la joven reflexiona sobre su vida, los mandatos sociales de la época, la figura de la mujer y su rol en la sociedad. A partir de vivencias con su padre, su abuela, su marido y su enamorado veremos reflejada esta realidad (no tan lejana) en la que las mujeres son presas de la voluntad de los hombres, de una sociedad cómplice y de instituciones que los cobijan, perpetuando la violencia machista.
Una obra no lineal que necesita del compromiso del espectador con el texto y de la actuación de Geraldine para sumergirse completamente en este unipersonal, que gracias al esfuerzo de muchas mujeres por ser escuchadas logra darle una voz a nuestra protagonista olvidada.
Se vienen nuevas funciones, así que estén atentos a las redes sociales de Geraldine y la producción para novedades (@geraldinefarhat).
Sinopsis: Sin voz y consideradas una propiedad, el destino de las mujeres estaba sellado desde pequeñas: la casa y el cuidado de los futuros hijos. Una joven viuda encontró el amor en medio de una tormenta. Acarició la dicha, se imaginó reparada, feliz. El 29 de enero de 1870, día en que iba a anunciar su compromiso, Felicitas Guerrero de 25 años fue muerta por un varón, asesinada por la espalda por un hombre que decía amarla. El femicidio se produjo a plena luz del día, en una casa repleta de invitados que pertenecían a las familias más acomodadas de Buenos Aires.
FELICITAS o las niñas mudas de Adriana Tursi, revive esa trágica historia que todavia hoy nos atraviesa a muchas.
Autoría: Adriana Tursi
Actúan: Geraldine Farhat
Escenografía: Sabrina López Hovhannessian
Diseño de luces: Claudio Del Bianco
Realización de escenografia: Sabrina López Hovhannessian, Zaida Mazzitelli}
Música original: Geraldine Farhat
Asistencia de dirección: Iraitz Gómez Cabrera
Prensa: Bmz Comunicaciones, Marcelo Boccia, Verónica Larrea, Ariel Zappone
Dirección: Zaida Mazzitelli
Duración: 50 minutos